La historia de Aiko, heredera de un trono mafioso, que decide combatir a los clanes enemigos a través del estómago.
Una oda al hambre real pero sobre todo al hambre de vida, a las ganas de hacer de la vida una aventura cada día.
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Pendiente de plata bañado en oro de 14k con base en forma de espiral y perla redonda
Pulsera de perlas con cierre en forma de anillo de plata con baño de oro de 14k
Collar de perlas con cierre en forma de anillo de plata con baño de oro de 14k
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Aros de plata bañado en oro de 14k con perla redonda incrustada
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Aiko solo escuchó una vez pero sirvió para siempre. Los arcaicos y férreos códigos del honor samurai parecían obligar al silencio, también entre padres e hijas, así que la relación de Aiko con su padre se había basado en la observación y en no decir nada.
Así lo aprendió todo, el honor, el respeto, la resistencia y la lucha. Y es que es el hambre lo que te hace prosperar, no saciarlo.
"La comida no tiene valor sino el hambre, porque sin hambre no hay motor, y sin motor no hay vida."
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Pendiente de plata bañado en oro de 14k, largo con perla plana
Pendientes de plata bañado en oro con diseño de aro ovalado y perla
Collar de plata bañado en oro de 14k con perlas y topacio blanco
Pulsera de perlas con cierre en forma de anillo de plata con baño de oro de 14k
Es por ello que al caer su padre no pensó en la venganza, ni en la ira o la rabia. Pensó en el hambre. Pensó en dar de comer. Desde pequeña, Aiko había observado en silencio las intrigas y traiciones que rodeaban a su padre, pero también había aprendido algo fundamental: La comida tenía un poder que la violencia no podía igualar.
"La guerra se interrumpe cuando se come."
Reunió a los líderes de las facciones enemigas y, en lugar de enfrentarlos con armas, los invitó a un banquete, arriesgando movimiento, sin duda, pero Aiko sabía muchas cosas, entre ellas esta:
"Nada desarma más a un hombre que conquistar su apetito."
Sashimi delicadamente cortado, ramen con caldo de hueso durante horas, sushi elaborado con el arroz más fino y, por supuesto, ostras frescas traídas del mar del sur de china, servidas en bandejas de plata adornadas con incrustaciones de jade y perlas.
La barbarie se convirtió en opulencia y derroche. Aiko observaba la tensión transformada en calma y brindis, sentada en silencio, cubierta de tatuajes y joyas.
"Esta noche no somos enemigos, somos hombres y mujeres disfrutando de una comida. Si pueden confiar en mi cocina, quizás puedan confiar en mi visión. Convirtamos esta comida en una celebración."
La energía no se crea ni se destruye, se transforma. Ella lo sabía bien.
Este collar representa dos caminos que se funden en uno, como sucedió con los clanes samuráis en el banquete de Aiko. Al firmar la paz su grandeza se multiplicó. Las perlas simbolizan los pequeños obstáculos, irregulares, que, en realidad, lo que hacen es fortalecer ese camino.
El collar Samurai está compuesto por diminutos eslabones dorados, perlas y un pequeño corazón de topacio blanco que los une.
El rumor del banquete de Aiko se extendió rápidamente por Tokio. Los enemigos comenzaron a ver en ella no sólo la heredera de un imperio, sino una visionaria capaz de cambiar el juego. Habilitó la cadena gastronómica "Kuroda's Harmony", comida nipona especializada en pescados y ostras, una invitación a sentarse y olvidar lo que nos confronta y enfada.
El lugar donde el lujo es el hambre.